Con el verano llega también el calor y las altas temperaturas, y en algunos empleos los trabajadores están expuestos constantemente al sol, por lo que una exposición prolongada sin la ropa laboral adecuada puede desencadenar en un golpe de calor.

¿Qué es un golpe de calor?

Cuando hablamos de un golpe de calor estamos haciendo referencia al aumento de la temperatura corporal provocada por una exposición excesiva y prolongada al sol y las altas temperaturas.

En algunos sectores, como por ejemplo la construcción o aquellos que utilizan equipos de protección (EPIs) suele ser frecuente que los trabajadores sufran de golpes de calor.

Sufrir un golpe de calor no sólo es peligroso por las consecuencias físicas (agotamiento, nauseas, vómitos, convulsiones…), sino que además puede provocar falta de atención, lo que puede desencadenar en accidentes laborales.

Cómo evitar un golpe de calor

Si no es posible evitar las horas de trabajo donde se está expuesto a las altas temperaturas y el sol, lo ideal para prevenir un golpe de calor es la división de las tareas y la rotación de la plantilla.

Una buena manera de proteger a los trabajadores frente a un golpe de calor es usando la ropa laboral adecuada y complementos que disminuyan los efectos del mismo como gorros, sombreros, gafas de sol o prendas ligeras.

Puestos de trabajo propensos a sufrir golpes de calor

Los trabajadores con más índices de sufrir golpe de calor son la industria de la construcción, la minería, las panaderías, invernaderos…

Ropa laboral para el verano

Nuestra recomendación a la hora de elegir ropa laboral de cara al verano y las altas temperaturas son: prendas ligeras y transpirables, camisetas de manga corta, pantalones cortos o transpirables. Así como gorras y cascos.

Como última recomendación frente a los golpes de calor, hidratarse continuamente es un hábito que no debe faltar.